Lecciones de la Biblia: Cuando NO tienes la culpa y la vida NO tiene sentido

¿Te mola Rick y Morty y Jesucristo? ¿Alguna vez has sentido el aplastante peso de los problemas en tus hombros? ¿Alguna vez has buscado sentido en el mundo sin saciarte en absoluto? ¿Alguna vez has querido leer la biblia sin tener que ser identificado con alguno de esos fanáticos religiosos que rondan en las calles?

Entonces no estás solo.

Muchos de nosotros anhelamos la respuesta definitiva a todo. La causa final como tronco de donde todas las respuestas se extienden como si fueran miles de astas. Tanto es así que todas las inquietudes que no pueden ser saciadas con una conclusión lógica siempre han requerido una fábula o construcción mitológica, pues las causas de todos los fenómenos naturales fueron largamente atribuidos a distintas deidades desde el amanecer de la humanidad. ¿Acaso un rayo prendió en llamas a un árbol? Fue el Dios Thor que lo golpeó con su martillo. ¿Te enamoraste de alguien? Fue cupido que flechó tu corazón. ¿Te falta un diente? Dáselo al hada de los dientes.

Es tanto así, que muchos pretenden encontrar la razón de absolutamente cualquier cosa en el dios de Abraham.

¿Los homosexuales tienen sida? Seguro que Dios envió el virus para castigar a los sodomitas.

¿Colapsó el techo de un templo cristiano sobre 160 nigerianos? Seguro que Dios odia a los negros.

¿Papa Noel no te trajo regalos? Seguro que Dios impidió que tu vieja se disfrace de Santa Claus una vez más, pues no fuiste un niño bueno este año.

Cualquier tragedia puede ser atribuida al señor de los señores, pues es más fácil. Así todo evento tiene una lógica. Hay una causa y un efecto. Hay un inicio y hay un fin. Sin embargo, hay un libro de la Biblia que contradice todo esto: el libro de Job.

Job era el mejor ejemplo de un buen siervo de Dios: Honesto, trabajador, justo, piadoso, etc. Un día Dios estuvo hablando con Satanás y, básicamente, se pavoneó de tener a un creyente tan bueno como Job. Entonces Satanás le retó a Dios, diciéndole que sí él (Dios) le daba carta libre para hacer lo que quisiera con Job, él (Satanás) se encargaría de causarle un sinnúmero de tragedias hasta que perdiera su fe. Obviamente, Dios accedió al reto.

Y fue así que todas las tragedias posibles cayeron sobre Job desde la muerte de todos sus hijos y la pérdida de todos su bienes hasta caer en la enfermedad.

En tal triste estado, todos sus amigos fueron a visitarle. Cada uno de ellos le dio distintas posibles causas a su desgracia desde sugerir que sus hijos probablemente habrían pecado y, por lo tanto, toda su familia tuvo que ser castigada hasta insinuar que Job -siendo una persona tan buena- podría haber sido arrogante en su corazón y podría haberse comparado con el resto. Incluso su esposa le insta a que maldiga a Dios por todo lo que le ha pasado.

Job sin embargo rechaza todas las explicaciones de sus amigos y al final cuando Dios se presenta, la verdad es revelada: Todos los amigos de Job estaban equivocados. Las acciones de Job nunca fueron el motivo de las tragedias. Nunca hubo una causa trascendental a todo el sufrimiento de Job.

Creo que el libro de Job nos alumbra una verdad un tanto incómoda. Muchas veces las tragedias no tienen causa concreta. Es absurdo gritar a los cuatro vientos que todas las tragedias del mundo han sido artificialmente creadas por los reptilianos o los iluminati.  O que incluso el COVID-19 haya sido el resultado de un detallado plan para aniquilar a la población mundial. Con esto no quiero decir que todas las teorías conspirativas son inválidas, pues ya tenemos varios ejemplos en la historia como el proyecto MK Ultra y la operación Northwoods de la CIA. Lo único que pretendo iluminar con el libro de Job es que es incorrecto monetizar las buenas acciones de uno mismo. Uno no puede ser una persona virtuosa con la expectativa de una vida sin tragedias. Las tragedias pueden ocurrir sin la necesidad de que seas una buena o mala persona y el único factor que puede permanecer en tu mayor dominio es tu propia persona, no las circunstancias. 

¿Por qué le dio cáncer a tal persona amada mía?

Porque sí, desgraciado.

Porque al azar le dio la gana de joderte la vida.

No es que las estrellas del universo hayan conspirado en tu contra.

No es porque en tu vida pasada fuiste una paloma que cagaba en las cabezas de las personas y hoy una paloma te usa de retrete móvil.

Es que simplemente te jodiste. Punto.

Y no hay una razón al respecto.

Esta enseñanza se complementa a la perfección con eclesiastés, donde se lee que todo en este mundo es hevel, los grandes imperios, las acumulación de dinero y bienes, los placeres de la vida, la fama, todo y absolutamente todo es hevel. Pero, ¿qué es hevel? En la mayoría de traducciones al castellano de la Biblia se usa la palabra vanidad, pero hevel tiene un significado más similar al humo o al vapor en hebréo. Es decir, algo etéreo y vano.

Yo creo que las raíces del existencialismo están profundamente enterradas en este libro de la Biblia. Muchas personas creen que al nacer uno llega al mundo con un propósito. Para un existencialista no es así, pues la vida no tiene sentido intrínsecamente y nadie nace con un propósito. Al contrario de ello, el sentido de la vida es responsabilidad de cada uno.

En otras palabras, todos vamos a morir y lo que alguna vez amaneció, igual va anochecer. Todo da igual en un último plano.

Eso no significa que tenemos carta abierta para ser nihilistas y no hacer nada. Creo que precisamente porque todo es pasajero, es nuestra responsabilidad CREAR el sentido de nuestras vidas.

¿Y qué tiene que ver Eclesiastés con el libro Job?

Yo creo firmemente que la mejor forma de afrontar una tragedia es verla desde dos puntos de vista. El primer punto de vista es el cercano, el íntimo es sentir el dolor y estar al tanto de las consecuencias de tal evento. Es ver la tragedia in situ y al momento. Y, al mismo tiempo, -y he aquí la paradoja de mi conclusión- es ver la tragedia desde el punto de vista del cosmos. La tragedia no es nada más que el microscópico problema de una diminuta bacteria que vive en uno de los infinitos planetas que hay en todo el espacio. El gigantesco problema, cuyo peso presiona los huesos de tus hombros hasta casi romperlos, es insignificante si lo ves desde afuera, más allá de la realidad humana, ergo, allá en la realidad quasi-divina. Ambos puntos de vista son necesarios a la hora de afrontar los problemas de la vida al mismo tiempo. Y esa es la paradoja. El aquí y el allá, en una misma realidad. La responsabilidad cae sobre uno en el marco de lo posible o de lo que está al alcance de nuestras manos. Más allá de eso, muchas veces todo el enorme peso del resto de culpas cae en la responsabilidad de los dados. Y ellos, siempre serán arrojados, sin importar que el justo y el pecador sean afectados. Solo el justo y el pecador pueden decidir acerca de su condición, pero jamás podrán tirar los dados.

Radwulf

10.01.2021

 

 

 

 

Autor: Radwulf93

My name is Raúl Valero and I was born just next to the great Titicaca lake in the peruvian side of the border. Since I was fifteen years old I have shown interest for movies and in my early twenties for languages in general. I'm deeply in love with cinema and european languages alike. "Kinolingua" stands for "Kino", that is "cinema" or "movement"; and "lingua", for "tongue" and "language". I was thinking about writing a long biography, but I guess it would be just an egocentric literary jerk-off. If you have any questions about me, feel free to write me an e-mail to "rauval1@gmail.com" . I hope you enjoy my blog. Sincerely, R.