EH y DK fueron directores, productores y actores de una de las obras de performance más viles alguna vez hechas en una escuela de Estados Unidos: «La Masacre de Columbine». ¿Fue un acto político? ¿Fue una crítica al sistema educativo estadounidense? ¿Fue una venganza contra los bullies? Todas estas preguntas son tan inútiles y estúpidas que serían motivo de mofa para los cuerpos agusanados de estos dos asesinos, si mágicamente hoy volvieran de la muerte y recuperaran sus consciencias… asumiendo que alguna vez las tuvieron cuando todavía estaban vivos.
EH y DK fueron responsables del asesinato a fuego abierto de doce estudiantes y un profesor en la secundaria Columbine, en un pueblo de Colorado, EEUU del mismo nombre.
Estos chicos rostizaron lentamente en sus mentes la sangrienta idea de la hecatombe futura. El plan original habría inluido una gigantesca explosión en la cafetería del colegio con bombas de propano, pero debido a la ruda manufactura de las bombas, estas no explotaron. Improvisando, decidieron ir de la cafetería a la librería donde continuaron la carnicería, ejecutando personas sin aparente discriminación alguna. Para darle la última pincelada a su macabra obra maestra procedieron a quitarse la vida.
Trece cuerpos y varios heridos después, los psicólogos, la prensa y varios analistas forenses se cuestionaron los porqués de la masacre.
El resultado de estos analisis tan primarios llevaron a muchos a la conclusión prematura de que la masacre se dió como un tipo de venganza contra los chicos más populares de la escuela o contra los bullies más notorios.
Debido a ello no es de soprender que dos de las películas más famosas basadas en la masacre de Columbine Bang Bang You’re Dead (2002 Dir: Guy Ferland) y Elephant (2003 Dir: Gus Van Sant) hubieran culpado al acoso escolar como motor principal de las matanzas.
Y es fácil que se haya llegado a esa conclusión, pues es la narrativa perfecta. ¿Quien no ha visto las típicas películas gringas que toman lugar en las secundarias de Estados Unidos? ¿Quien no se acuerda de los grupitos de jugadores de fútbol americano, las porristas, los nerds, los desadaptados? Es conocida mundialmente esta bruta jerarquía colegial estadounidense que todos mamamos de su cine.
Sin embargo, después de una década de estos horribles acontecimientos y un análisis más cauteloso de toda la literatura y material audiovisual que produjeron EH y DK antes de la masacre (ellos acostumbraban a escribir en diarios sus vivencias y a hacer rudimentarios mini-cortometrajes), expertos como Peter Langman o el Dr. Frank Ochberg dieron con una conclusión un tanto incómoda. Esto no fue una retaliación contra los chicos populares del colegio y esto no tuvo en absoluto nada que ver con una venganza contra algún tipo de bullying. DK y EH no necesitaron ser víctimas para ser victimarios. Ellos simplemente lo fueron.
Si esto suena un tanto confuso es porque hasta el día de hoy hay pocos sistemas mitológicos que puedan explicar atrocidades como Columbine. En otras palabras, hay pocas narrativas que puedan darle sentido a esta tragedia. Y esto exaspera a muchas personas, pues como seres humanos siempre tendemos a buscar explicaciones racionales a pesar de que la naturaleza de ciertas cosas que analizamos es puramente irracional. Irracional.
Un ejemplo de ello, es la magnífica historia de martirio cristiano que se elaboró alrededor de dos de las víctimas de Columbine: Cassie Bernall y Rachel Scott. Ambas chicas eran devotas cristianas que después de sus muertes se hicieron grandes campañas para cuasi-canonizarlas.
Los padres de Cassie Bernall escribieron un libro al respecto, en que se cuenta que DK le pregunto a Cassie, a punta de pistola, si creía en Dios y ella respondió que sí antes de ser asesinada.
En el caso de Rachel Scott, se supuso que su muerte se debio también al hecho de ser cristiana. Tanto así fue la campaña por su «martirio» que Pureflix (los creadores de Dios No Está Muerto y todas sus vomitivas secuelas) decidieron hacer una película basada en su vida.
Lamentablemente todo se derrumbó después de que se diera a conocer que no fue Cassie Bernall la que dijo que creía en Dios, al ser cuestionada por DK; sino una tal Valerie Schnuur, que de hecho fue dejada en paz luego de confesar su fe.
Por otro lado, no hay pruebas fehacientes de que Rachel Scott hubiera sido tiroteada solo por el mero hecho de ser cristiana, pues EH y DK no tenían prejuicio aparente con sus víctimas. ¿Jugador de Fútbol Americano? Muerto. ¿Nerd? Muerto. ¿Porrista? Muerta. ¿Escolar que hace su vida sin joder a nadie? Muerto. ¿Cristiana? Muerta.
Sin embargo, la verdad no importa, pues ¿cual de las dos historias vende más en un país altamente cristiano como EEUU?
¿La de una chica que es asesinada por decir que cree en Dios?
¿O la de una chica que es dejada viva después de decir que cree en Dios, para que luego el asesino (DK) diga «Dios es un marica» antes de irse?
Con esto no pretendo minimizar la tragedia que fue la muerte de estas dos pobres chicas, que podrían haber tenido un futuro brillante de no haber tenido la tan mala suerte de haber estado en el lugar y momento incorrecto en Abril 20 de 1999. Es más, de lo poco que he leído acerca de Rachel Scott, ella parecía ser una persona de corazón noble. Quizá también Cassie Bernall lo fue. No lo sé. Pero ellas no fueron masacradas por el mero hecho de ser cristianas o buenas personas, a pesar de que varios ingenuos quieran embutir los hechos reales en el burdo marco de su concepción mitológica del mundo para poder darle razón a sus propias existencias. Ellas fueron asesinadas por la simple razón de tener mala suerte. Y no hay nada más banal que eso.
Si hay una película que nos puede acercar de manera más fidedigna a la razón de esta masacre de Columbine es We Need to Talk About Kevin del año 2011 de la directora escosesa Lynne Ramsay.
La película trata de la vida de Eva Khatchadourian, dos años después de que su hijo Kevin haya cometido un terrible masacre en su colegio. Durante la película ella es acosada por todos los habitantes del pueblo, dado que la acusan de no haber criado bien a su hijo y la hacen por lo tanto responsable del horrido crímen de él. No solo eso, pero ella constantemente tiene flashbacks en su constante búsqueda por una razón en especial por la cual Kevin hubiera llevado a cabo esa matanza. A través de esos flashbacks aprendemos que Kevin, desde una edad muy temprana, mostraba claros signos de ser un psicópata: manipulación de los demás, cero empatía, crueldad con los animales, ausencia de remordimiento, etc. A pesar de todos estos signos, Eva busca en sus recuerdos la respuesta a la tragedia, la razón de porqué sucedió.
Para mi hay una escena excepcional que explica la naturaleza de Kevin y la (sin) razón de la masacre. Resulta que Eva, queriendo conocer más a su hijo, se mete al cuarto de él y rebusca entre sus cosas. Entre las posesiones de él hay un disco CD con la inscripción «I Love You» («Te amo» en inglés). Eva mete el disco en su laptop para averiguar su contenido. De la nada su laptop es infectada por un virus y todos sus datos se destruyen.
Finalmente, cuando su hijo vuelve de la escuela, ella le confiesa que estuvo rebuscando en su cuarto y que el disco de él infecto su laptop. Él le cuenta que colecciona virus informáticos. Luego ella le pregunta, «¿Cual es el punto de coleccionar algo así?» y la respuesta de él es macquiavelicamente fascinante:
«No hay punto, y ese es el punto«.
Una de las razones por las cuales después de la hecatombe escolar muchos padres de familia acosaron a los padres de ambos asesinos, era porque a falta de una razón clara, necesitaban a alguien a quien apuntar el dedo.
Lo horrible, perturbador e incómodo de todo esto, es que las familias de ambos asesinos no eran disfuncionales en ningún sentido. De hecho, estas familias correspondían al estereotipo de una familia común y corriente estadounidense.
¿Entonces por qué sucedio Columbine?
Si echamos un vistazo a los perpetradores podemos hallar lo siguiente:
Acerca de DK, se sabe que sufría de depresión y que tenía serias tendencias suicidas. Sin embargo, ¿cuantas personas con depresión y tendencias suicidas llevan a cabo tiroteos escolares?
La razón por la cual EH llevó a cabo la masacre es más clara que el vodka. De acuerdo a los estudios psicológicos forenses de sus diarios, era más que obvio que EH era un auténtico psicópata con tendencias homicidas.
DK y EH hicieron una simbiosis diabólica que terminaría en el derramamiento de sangre de varios estudiantes de la secundaria de Columbine y finalmente con su propia muerte
Ambos querían sobre todo la atención mediática y Columbine, más allá de ser un tiroteo escolar, ellos tenían planeado una explosión por bombas de propano que resultó fallida. De haberse detonado sus bombas, probablemente habrían muerto no trece sino 200 personas.
¿La razón de todo esto?
Ninguna.
Ninguna, más allá de notoriedad en la historia como asesinos en masa y la diversión de ver a sus víctimas morir.
Todavía hay personas en Internet que intentan simpatizar con los asesinos soltando frases como «Si tan solo los hubieramos escuchado, quizá no habrían llevado a cabo sus masacres» o «Ellos pedían atención a gritos pero no se la dimos». Incluso el mismo Marilyn Manson (uno de los cantantes preferidos de los perpetradores entre otros) declaró que si él pudiera volver en el tiempo y pudiera decirle algo a esos chicos, él solo los escucharía.
¿Hubiera cambiado eso algo?
Yo lo dudo mucho.
Si hay algo que nos ha enseñado los casos de asesinos como EH, Jeffrey Dahmer, DK y Ted Bundy es que a veces la culpa no es de los padres o de la sociedad (en todos los casos mencionados, estos asesinos tuvieron infancias relativamente normales y felices). A veces la culpa puede ser vertida enteramente en el indivíduo.
Creo que esa fue la peor realización inconsciente de los padres de los victimarios y de las víctimas. Da igual lo que uno haga como padre o madre. Da igual que uno brinde amor a sus hijos y que trate de educarlos bien, pues al fin y al cabo cada uno de nosotros como hijos poseemos un trocito de libertad, que no puede ser influida por nadie. Es la tragedia del libre albedrío.
Es posible tener una infancia feliz y unos padres buenos y al mismo tiempo cometer crímenes contra la humanidad como masacres escolares o asesinatos en serie.
Y no es necesario encontrar razones en el ambiente cuando la verdadera razón siempre estuvo siendo incubada en el corazón del mismísimo criminal.
A veces la maldad es más pura que el mejor de los aguardientes destilados.
Y no necesita razón.
Radwulf
18/08/2020