«Wiñaypacha» es la ópera prima del puneño Óscar Catacora estrenada en este año. La historia trata de la supervivencia de una pareja de ancianos aymaras que viven en el tope de la puna. La película nos cuenta los distintos infortunios que ellos tienen que pasar, mientras están a la espera de una posible visita de su hijo que vive en la capital.
El tema de la película es la supervivencia en medio de un paisaje desolado. Más allá de eso el filme funciona como un falso documental que sigue el día a día de ésta pareja de esposos, mientras alimentan a los animales, reparan el techo de su casa, y almuerzan.
Lo emocionante de la película es que mueren los animales de los esposos, de que su casa se derrumba luego de un incendio, de que se ven obligados a matar a su llama (o alpaca, perdonen pero no tengo un doctorado en zoología de auquénidos) y de que finalmente muere uno de los dos esposos.
«Wiñaypacha» no tiene una historia buena en sí. Solo se trata de seguir los eventos trágicos que le suceden a Willka, el anciano, y Phaxsi, la anciana.
En ningún momento hay un cambio en los personajes, ni hay un conflicto relevante entre ellos. Lo que si suple a un buen conflicto, es el final trágico de Willka y sus animales. Espero que la forma de haber creado tal escenografía haya sido lo suficientemente ética, pues literalmente se ven ovejas despanzurradas, y algunas con crías dentro del vientre.
Por otro lado la fotografía, el sonido y la dirección de arte realmente se lucieron en la película.
Los escenarios son majestuosos y la obra tiene un rico tesoro visual. La experiencia de ver la puna, el hielo, y sentir después el sonido crujiente de las brasas candentes es tocante y hermoso.
Sin embargo a pesar de ello, la película a mi me pareció simplemente «linda». Ni fu ni fa.
Un amigo que la vio conmigo opinó que la película podría haber tenido un mejor conflicto si Willku se hubiese enojado con su esposa, cuando esta quemó la casa por negligencia. En eso estoy de acuerdo. El conflicto en la película es muy soso.
«Wiñaypacha» me parece simplemente una bonita idealización del campesino ermitaño en la puna: sin pecado, sin conocimientos, sin nada. Los personajes se comportan como un pobre niño al cual le suceden tragedias.
El hombre del ande no es una burda interpretación de Matto de Turner. El hombre del ande al fin y al cabo es un hombre. Ergo, alguien con lujuria, ira, codicia, malicia, etc. y no solo ternura, inocencia, y pura virtud como usualmente lo pintan.
En conclusión, si quieren saber como es el día a día en el tope de un cerro, vean «Wiñaypacha». Es una bonita película con escenarios magníficos y con personas reales. Sin embargo si desean ver una buena historia, inviertan su entrada en cualquier otra película. Como dijo mi amigo, «Wiñaypacha» funciona bien como documentación histórica de la vida en el ande, pero no como algo más.
A pesar de todo, tengo que bajarme el sombrero ante mi paisano Oscar Catacora. Él debe de haber movido montañas para haber visto realizado su proyecto. Yo soy originalmente de Puno por lo que me dio mucho interés ver su obra. Creo que lo más importante de él, es que lo hizo. Él es un ejemplo más a seguir.
Escrito por Raúl A. «Radwulf» Valero Chávez
22/04/2018