Querida hermana mía:
No sabes la alegría que me da que hayas alcanzado tus metas inmediatas (pues todavía hay más 😉 ). Ahora te encuentras en un lugar que es leyenda. Donde ahora vives alguna vez fue tradición lanzar a nobles por las ventanas y mutilar a los relojistas que hacían obras muy importantes. Las calles por donde caminas fueron testigas de la revolución de terciopelo. Quizá algunas paredes todavía sollozen en calmo silencio las heridas de bala del ejército soviético.
Tu ciudad grita historia.
Pero antes de poder entender su voz, tendrás que dominar su lengua. Sino… permanecerá muda.
Yo estuve, como bien puedes atestar, en una situación quizá no tan disímil de la tuya, hermana mía. Tengo fe que puedo darte algunos consejos para que tal lengua extranjera, se vuelva gradualmente la tuya propia.
El checo, al igual que el alemán que seguirás aprendiendo en el futuro, es un idioma muy flexivo.
¿Flexivo? ¿Qué demonios es eso?
Un idioma flexivo altera las palabras para hacerlas más precisas o para que se adecuen a una situación determinada.
En inglés moderno, por ejemplo, solo tendrías que alterar la palabra cat (singular de ambos sexos) con una s, para tener cats (plural de ambos sexos). Como te das cuenta incluso en tu lengua materna, otros la tienen difícil ;/ con gatos, gatas, gato y gata.
Lo que hace especial al checo es que tiene más flexiones que nuestro castellano materno. 😉 No solo hay flexiones para los verbos: «Yo camino, Tú caminas, Ellos caminan, etc.» Si no también para las «situaciones».
Para que puedas comprender de que hablo con «situaciones» te daré un ejemplo, mira:
«El obispo se encuentra con el rey»
«El rey se encuentra con el obispo»
En la primera el obispo realiza la acción mientras que en la segunda es el rey, el que la hace. Tú y yo nos damos cuenta de eso porque hemos aprendido desde chiquitos esta estructura:
SVO
S = Sujeto
V = Verbo
O = Objeto
Casi todas las oraciones que hacemos en castellano siguen esa estructura, por lo que EL ORDEN DE LOS FACTORES SÍ ALTERA EL PRODUCTO. En el caso del castellano por supuesto 😛 😉 (una cosa es decir que «El rey visita» o que «El obispo visita»)
El hecho, querida hermana, que sepamos que hay un orden que altera el significado, es gracias a que desde hace mucho tiempo hubo una academia de la lengua española que nos dijo cual era el orden correcto.
Al parecer eso no sucedió con el checo.
Los idiomas arcaicos de la Europa antigua solían ser muy flexivos porque no había un orden establecido. Muchos eran campesinos, soldados, o simples plebeyos y unos ordenaban las oraciones como SVO, otros como SOV, otros como VOS, y ¡otros como OVS! ¡Toda una mezcolanza! Si no hay un orden ¿cómo sabes que es Sujeto, Objeto o Verbo en una oración?
Fácil.
Le pones un «indicador» que te diga lo que es.
Al igual que en castellano tienes la raíz «gat» y le agregas una «o» una «a» o una «s» de acuerdo a la situación, en checo debes hacer lo mismo … solo que en más situaciones 😉 .
Mi consejo: Si aprendes una palabra trata de imaginarte en diversas situaciones usando el mismo vocablo 🙂
Voy a tratar de enseñarte la lógica del idioma (no sé checo, pero el alemán es también flexivo así que sé de lo que hablo).
Por ejemplo usaremos la raíz Pra (de Praga en castellano).
Nominativo:
«Praha tiene historia»
«¡Praha es hermosa!»
«Praha tiene personalidad»
El indicador «ha«, que en adelante llamaremos sufijo, ¿qué nos indica?
Nos indica que «Pra» tiene personalidad y ACCIÓN. «Pra» sin sufijo es como una piedra muda e inamovible, sin vida alguna. Pero si le agregas la «ha» ¡obtiene vida y decisión! 😉 Tanto así que ejerce acción con el VERBO.
Acusativo:
«Yo limpié Prahu»
«Nosotros visitamos Prahu»
«Yo vi Prahu»
Cuando lleva el sufijo «hu», entonces la acción recae directamente sobre «Pra». Yo, Tú, Ellos, los turistas, las palomas, etc. etc. son los que tienen vida y los que ejercen la acción. Así como «Praha» se ponía los pantalones y tomaba acción ahora «Prahu» se vuelve el receptor de la acción. Es lo que conocemos como OBJETO DIRECTO. 😉
Me gustaría seguir con el dativo, el genitivo, y los otros. Pero esa es tu tarea.
Cuando aprendas las palabras, acuérdate de sus raíces, como en «Pra»… y luego imagínate en muchas situaciones 🙂 No digas solamente «Praga».
Di:
«Descanso (en) v Praze» – Locativo: En la comodidad de tu cama
«Yo visito Prahu» – Acusativo: En movimiento a la ciudad.
«Praha me encanta» – Nominativo: Praga ejerciendo su encanto sobre ti. :3
Bueno eso es todo. Si no sabes mucho y crees que son muchas declinaciones, usa las palabras checas en oraciones en castellano y fíjate como cambian de acuerdo a las situaciones 😉
Aprende la raíz y luego juega con los sufijos en distintos escenarios de tu vida. (Ojo los sufijos son los «indicadores» que se agregan al final de la palabra).
Eventualmente aprenderás la lógica del idioma.
Quizá te cueste un poquito más que aprender inglés, pero cuando puedas hablar checo, no tienes idea de la emoción que vas a sentir cuando sepas que has domado a tal violento pero bello corcel.
Te manda un fuerte abrazo.
Tu hermano.
R.