Miraos frente a un espejo durante varios minutos. Si lo hacéis, podréis ver no solo vuestro reflejo físico pero también el espiritual. Ese ser reflejado tiene una vasta historia y tantas características, que sería complicado describirlo o mostrarlo en poco tiempo.
¿Os imagináis reflejar tal complejo personaje al público?
Ciertos artistas del cine han logrado acercar el espectador a las almas de los personajes de sus historias con el uso de pocas imágenes.
¿Cómo se logra esto?
Se tiene que utilizar una ventana al alma de ellos. Una posibilidad, claro está, es un espejo.
Pero el espejo no es tan dinámico, a menos que su imagen sea alterada artificialmente.
Así que para poder tener un objeto reflector con un uso similar al de un espejo se usaría una pantalla dinámica, como la de un televisor por ejemplo.
The Jackal trata de un asesino profesional que es contratado para matar a una personalidad importante del FBI.
La escena de presentación comienza con el asesino viendo un documental sobre las hienas mientras espera a su contratista. El asesino podría haber estado viendo las noticias, una película, o un reality show anodino solo para pasar el tiempo.
Aun así la pantalla del televisor funciona como un espejo reflejando el alma del asesino. Él es un cazador, como la hiena que está viendo en pantalla… un auténtico depredador.
Este guiño cinematográfico se hace evidente más adelante en la película. (Ver min 0:40)
Los televisores no solo tienen una función reflectiva pero también son instrumentos de contraste situacional. ¿Contraste Situacional? ¿Qué demonios es eso?
Eso es minuto 6:59 – 7:58 de la película AKIRA:
https://www.youtube.com/watch?v=E6uh-I69wyk
En este caso los televisores funcionan como ironía de lo que sucede en la historia. Los perros del comercial saltan sobre una mesa para comer de la nueva lata de comida. Mientras tanto dos perros de la policía se liberan y dan persecución a dos fugitivos. Los canes del comercial devoran el plato de comida, pero lucen asqueados por el mal sabor. Por otro lado, los perros de la policía saltan sobre los fugitivos, pero uno de estos se defiende disparando hasta matarlos.
En este caso, se crea un contraste de dos situaciones similares. En ambas, los perros persiguen algo pero al final salen perdiendo, en el primer caso el buen apetito y en el segundo, la vida.
Hasta ahora hemos tocado a la pantalla televisiva como reflejo del alma o como ironía situacional. Sin embargo hay ciertos artistas que van incluso más allá.
Si hay una obra maestra del horror psicológico en este mundo que excede la perfección, entonces esa obra es Silent Hill 2. Para los que han jugado o juegan videojuegos, SH 2 es al género de terror como Don Quijote es a la lengua Castellana.
(No voy a escribir ningún spoiler dado que recomiendo enérgicamente a los lectores de este artículo que jueguen Silent Hill 2 antes de morir).
La historia trata de James Sunderland, un tipo que un día recibe una carta de su esposa, invitándolo a encontrarse con ella en su lugar favorito de vacaciones, en el pueblo Silent Hill (de ahí el nombre del juego). Todo parece normal, de no ser por un pequeñísimo detalle.
Su esposa murió de una enfermedad terminal, tres años atrás.
James Sunderland decide ir a buscar a quien le envió la carta, creyendo fervientemente que probablemente sea su misma esposa (aunque este muerta y por ilógico que suene). El problema es que Silent Hill no es una población cualquiera. El pueblo entero está vacío, una espesa niebla lo cubre, y dentro de él hay lugares reminiscentes a Stalker de Tarkovsky. Para colmo de males, el pueblo refleja los miedos más profundos de los que ingresan en él, pero no en etéreos espejismos inofensivos, sino en criaturas infernales de carne y hueso.
(Ver minuto 4:04 – 4:23)
En el juego hay una parte en que el protagonista encuentra un cadáver humano frente a un televisor prendido.
Más adelante en el juego, deberemos encontrar una cinta de vídeo que tendremos que reproducir en un VHS. Lo interesante de esta cinta de vídeo, es que revela una verdad tan chocante y dura (para James y para el espectador por igual) que el protagonista llega a considerar la muerte.
El cadáver que encontramos anteriormente no es nada más que un foreshadowing del futuro de James. Es un mensaje claro: «la verdad es tan dura, que quizá hasta podrías morir».
Las pantallas secundarias en la ficción funcionan como espejos del alma. Otro ejemplo estupendo es The Babadook. Este filme trata de una madre soltera que va enloqueciendo de poco en poco. A medida que esto sucede, la imagen del televisor de su sala también se ve alterada.
Pero cuando la madre ya pierde totalmente la cordura, el televisor deja de ser tan sutil como en el vídeo anterior y pasa a funcionar como preludio, de las brutales acciones que ella, la mamá, llevará a cabo en su propio hijo.
En fin, como se dijo en la película Videodrome de David Cronenberg, «la televisión es más real que la realidad misma«. Poner una segunda pantalla con fines estéticos se ha hecho desde hace siglos.
No cabe duda, afirmar que el subtexto de una obra entera puede ser delicadamente expuesto en pantallas de televisión dentro de la misma película.
Así como en la vida real uno es lo que lee o lo que ve. Así también es en el cine. Las subficciones pueden revelar de una manera orgánica y efectiva toda el alma de los protagonistas, sin necesidad de palabra alguna.
Escrito por Raúl A. «Radwulf» Valero Chávez
26/07/2017