¿Han visto la serpiente que se come la cola? Esa paradoja infinita es similar a la estructura narrativa de Cobra Kai. Esta serie no es solo un estúpido pastiche de los 80s a los cuales estamos acostumbrados en nuestros días, por el contrario esta serie usa a esta década para mover la trama de una emocionante historia de acción. Strike first, Strike hard, No mercy
Johnny Lawrence fue alguna vez un campeón de Karate en su adolescencia, pero también un matón de la escuela que atormentó a un tal Daniel LaRusso (el protagonista de Karate Kid). En la serie Cobra Kai nos enteramos que fue de estos dos personajes 34 años después. Johnny Lawrence es ahora un alcohólico que se recursea de chamba en chamba y hace años que no tiene contacto con su hijo que dejó en el abandono. En cambio, Daniel LaRusso es un exitoso distribuidor de autos japoneses con una gran casa y una familia que lo ama. Johnny, por el contrario, se ha vuelto una persona solitaria y apática de la vida.
Un día Johnny ve como un grupo de bullies se divierten hostigando a un chico (Miguel). Johnny les da una paliza a todos ellos, salvando así a Miguel.
Miguel impresionado por las habilidades de Johnny, le ruega que le enseñe a pelear. Aunque en un principio reacio a ayudarlo, finalmente Johnny se decide a hacerlo y así comienza la historia de Cobra Kai.
Cobra Kai encarna a la perfección la naturaleza cíclica de la historia, pues aunque Cobra Kai toma lugar en el año 2018, los eventos de Karate Kid de 1984 son como un fantasma que recurrentemente se materializa una y otra vez.
La mayoría de personas comprenden al desarrollo de la historia humana de una manera linear. Esa es la manera que todos (yo me incluyo) hemos aprendido a verla.
Si ves la historia de una manera lineal y progresiva puedes incurrir en dos cosas:
- Ignorar la relación entre los eventos.
- Dar por sentado al paso del tiempo como sinónimo de progreso.
Sin embargo en otras culturas y, sobre todo, en la historia de Cobra Kai la historia es vista como un vórtice.
Al usar un vórtice como referente, puedes ver las similitud entre los eventos y su naturaleza cíclica. Lo que amaneció, anochecerá y lo que anocheció amanecerá. Una y otra vez, una y otra vez hasta el sinfín de los tiempos.
Por ejemplo, si en el pasado Johnny fue el matón y Daniel la víctima, en el presente Johnny es el sensei que ayuda a las víctimas a hacer frente a sus matones. Robby (el hijo descuidado por Johnny) se vuelve el protegé de Daniel y su alumno. Miguel, el alumno de Johnny, inicia una relación amorosa con Samantha la hija de Daniel. Pero esta rompe con él luego de que él, celándola, reaccione de manera violenta contra un amigo de ella, que casualmente es Robby el hijo de Johnny. Y esto sucede en una playa de manera extrañamente similar, a la vez en que Johnny celó a su enamorada Ali frente a Daniel.
Cobra Kai me recuerda mucho a un libro llamado A paso de cangrejo de Günter Grass. En este libro dos eventos de la Alemania Nazi resonan como un eco en los eventos del presente.
Contrario a lo que muchas personas opinan, el presente y el futuro siempre estarán atados al pasado. Es un proceso infinito de tésis, antítesis y sintésis. Otra serie que expone de manera incluso más detallada este modelo de comprensión del tiempo es Dark, donde el pasado vuelve una y otra vez al presente, y donde el futuro es atado a las consecuencias de esos tiempos.
En ésta época hay un gran afán por revivir los 80s, pero si hay una serie que lo hace de una manera muy original, divertida y haciéndolo en contraposición a nuestros tiempos, esa es Cobra Kai. Los escritores y productores de la serie Josh Heald, Jon Hurwitz y Hayden Schlossberg se han dado un gran trabajo para ofrecer buen humor, acción y nostalgia ochentera. Recomiendo verla.
Radwulf
11.01.2011