Una niña y su hermano menor dejan atrás un basural nicaragüense para reencontrarse con su madre que vive en Costa Rica. EL CAMINO de Ishtar Yasin nos narra la travesía de estos dos y aprovecha para mostrarnos distintos escenarios de centroamérica.
La película posee varios méritos artísticos como la fotografía, la actuación de ambos niños, y la atmósfera en conjunto que logro ser creada. Además los personajes variopintos le dan vida a la obra.
Lamentablemente el ritmo de la misma es demasiado lento. La historia por el contrario es muy corta, pero ha sido extendida en el tiempo para poder clasificar como largometraje.
Este estilo de películas no son realmente de mi agrado. Considero que es un mérito rodar un largometraje, y sobre todo con dos niños como protagonistas.
EL CAMINO es una obra muy naturalista. Sin embargo cuesta mucho identificarse profundamente con los personajes y asímismo experimentar sus vicisitudes.
La tragedia más importante en la película es cuando la niña pierde a su hermano mientras cruza la frontera a Costa Rica. Sin embargo no hay un gran impacto emocional, a pesar de la buena actuación de la actriz.
El problema radica en la escritura del guion. Ninguno de los dos personajes principales son entrañables y, por consecuencia, «extrañables».
Me anímo a decir que tuve que ver la película adelantándola constantemente, pues no ocurrían sucesos importantes para la historia, sino en largos periodos de tiempo.
La condensación del tiempo es un elemento vital de todas las artes narrativas. Creo que la directora podría haber hecho uso de ella.
EL CAMINO es una película que intenta llevarnos de la mano a una travesía internacional, pero el tedio en su relato so excusa de «no-mainstream», hace perder el interés del espectador. En mi humilde opinión, se le podrían cortar 20 min a la película y funcionaría mucho mejor. Más emociones en menos tiempo. Mayor intensidad.
Radwulf
23/04/2019