Una madre soltera paraguaya se embarca en un viaje junto a su hijita de ocho meses hacia Buenos Aires con la esperanza de una mejor vida. Ella y su hija viajan en un camión maderero conducido por un solitario hombre argentino. La travesía será un viaje emocional en que la relación de los tres personajes crecerá.
«Las Acacias» tiene un contacto genuino a la relación de dos personajes. La experiencia cinematográfica que ofrece, es cercana a la piel.
El director argentino Pablo Giorgelli logra sumergirnos emocionalmente en el filme y las interpretaciones de Germán de Silva como Rubén y Hebe Duarte como Jacinta nos dan una cálida experiencia humana.
La manera en como se representa el gradual desarrollo de sentimientos de Rubén hacia Jacinta, es muy delicada y carece de cualquier artificio propio de una típica película mainstream.
Respecto a lo que no me gustó de la película, opino que se podría haber mejorado el ritmo si se hubieran acortado las escenas. Hay tomas muy largas sin dialogo y que sirven solo para la contemplación. Esta es una película de drama que entraría en el subgénero de películas festivaleras. Ergo, tiene que tener un ritmo lento para acomodarse al gusto snob de ciertos creídos. Es posible que el director haya optado por este camino para tal fin, pues «Las Acacias» ha sido premiada en Cannes, Bombay, Oslo y hasta en Lima. También es posible que en verdad haya sido una decisión propia de su propio juicio artístico. Sea como sea, he tenido que adelantar la película, pues no aguanto las escenas que no muevan la historia ni que aporten poco al hilo narrativo.
A pesar de todo lo mencionado, esta película si logra tocar el corazón del espectador. Los personajes siempre se mantienen emocionalmente cerca de uno. Germán de Silva y Hebe Duarte han hecho un trabajo ejemplar. La película realmente vale la pena ser vista. A pesar de su ritmo lento, no es vacía ni pretenciosa como muchos filmes festivaleros de hoy. Esta película es auténtica.
Radwulf
23/04/2019