Negar que LA TAUROMAQUIA, ergo un toro sangrando, bramando por el hocico, agotado, desecho y apunto de ser sacrificado es arte; es igual de válido que negar que la pintura de Goya devorando a sus hijos también lo sea. La estética de la muerte está intrínsecamente ligada a las mejores obras de arte jamás hechas. Y aquel que esté en contra de ésta sentencia, seguro que tiene el mismo nivel cultural que un mequetrefe wachiturro, típico de las más sucias entrañas de latinoamérica. Y a pesar de ello, DEBERÍAN PROHIBIRLA.
En primer lugar es necesario establecer que la muerte, o al menos el peligro de ella, es escencial en muchas obras literarias, pictorales o fílmicas que han marcado época.
¿Qué sería de Hamlet, si él nunca hubiera decidido llevar a cabo su venganza?
¿Tendríamos a la Odisea, si Polifemo no se hubiera comido a los hombres de Ulises?
¿Difrutaríamos del Silencio de los Inocentes, si Hannibal Lecter no fuera un maldito caníbal psicópata?
¿Qué me dicen de censurar las partes violentas de Psicópata Americano de Bret Easton Ellis? ¿Realmente quieren un libro donde solo se hable de camisas Armani, reservas en Dorsia y gafas de Oliver Peoples?
Es evidente que la muerte, como impulso escencial, ha estado presente en varios espectáculos de ocio y hasta religiosos, desde el amanecer del ser humano. ¿O acaso vamos a ignorar las brutales vivisecciones aztecas y las luchas de gladiadores en los anfiteatros romanos?
«La tauromaquia es el único arte, en que el artista está en peligro de muerte y en el que el grado de genialidad en la ejecución es relegado al honor del combatiente.» – Hemingway
Separar a la tauromaquia del arte sería una tarea muy difícil. Creo que sería levemente más fácil aún, desligar a los latinoaméricanos de tal espectáculo, bajo la argucia de que este evento tiene raíces españolas, y por lo tanto, tenemos que «descolonizarnos culturalmente». Algo que a mí, sinceramente, me parece estúpido. Pero bueno, es fuente infinita de debate.
Pero así como la tauromaquia es arte, lo cual yo no niego en absoluto, también puede ser arte, atar a un perro hambriento y dejarlo morir de inanición. Lo cual ya ha sido hecho por un artista costaricense en la exposisción hondureña de arte del 2008.
¿Quiere decir que es moralmente correcto?
Claro, podríamos usar la tauromaquia como alegoría de la lucha entre el hombre y la naturaleza. Podríamos elevar al torero como ejemplo de masculinidad. Incluso podríamos inspirarnos de estos coloridos espectáculos para hacer potentes pinturas al óleo.
Pero jamás podremos dudar de la dudosa moral del espectáculo en sí.
¿Acaso Nerón no se sintió inspirado cuando vio arder a Roma?
Pues, probablemente sí.
¿Justifica eso el incendio de una ciudad?
Las desgracias son fuente ilimitada de inspiración artística, sin lugar a duda. ¿Nos da eso derecho a generarlas para nuestra propia inspiración y placer?
¿Qué me dicen de La Casa de Jack de Lars Von Trier? ¿Sería necesario la muerte real de la actrices in situ, para que el director obtenga inspiración?
Ahí reside el quid del asunto.
Hay otro argumento a favor de la tauromaquia de un autor que admiro en especial por un libro, que pertenece a la lista de los mejores que he leído en mi vida. Me refiero al canonizado autor Mario Vargas Llosa.
En una entrevista, él dice:
-Porque hay una hipocresía al señalar a los toros como un caso prototípico de crueldad y olvidar que esa crueldad se vuelca sobre muchísimos animales, por ejemplo, en la comida, en la gula, en el vestuario, en el atuendo, y a veces en la pura frivolidad. Y sin embargo, no hay campañas equivalentes a los toros respecto a todas esas formas en las que se puede ver la utilización del animal en función del apetito o del capricho. Los toros existen sólo en los países donde hay corridas y allí son tratados con un cariño y amor extraordinarios, como puede apreciarse en las dehesas. –Pero la crueldad con el toro en la plaza es innegable…
Obviamente estoy en desacuerdo con él respecto a la tauromaquia. Sin embargo, tiene razón.
La tauromaquia es solo la punta del eisberg en lo que se refiere al abuso animal. Por tal razón, yo repudio a aquellas personas que se pasan compartiendo videos acerca del sufrimiento de los toros o de los perros de la calle.
¿Por qué?
Pues, porque ellos creen que se interesan por los animales. Falso. Ellos se interesan por los animales, que les parecen adorables. No por los animales en general. Pues sí esto fuera cierto, no comerían carne o al menos, intentarían no comer carne de proveedores, que maltratan a sus animales.
«Protestar contra la tauromaquia en España, el consumo de perros en Corea del Sur, o la matanza de focas bebés en Canadá; mientras uno continúa comiendo huevos de gallinas que han pasado sus vidas embutidas en jaulas, o carne de terneros que han sido despojados de sus madres, su dieta adecuada, y la libertad de reposar en el suelo con sus piernas extendidas, es como denunciar el apartheid en Sudáfrica, mientras le pides a tus vecinos que no le vendan sus casas a gente de piel negra.» – Peter Singer, Liberación Animal
(Ver min 1:14)
(de hecho EL ARTE SÍ ES VIOLENCIA)
Imagínense vivir en la Bélgica a finales del siglo XIX. Imagínense que en Bruselas hubiera existido la (obviamente ficticia) tradición de mutilar a un indigente en público una vez al año. Algo así como un buen ahorcamiento de delincuentes en la Edad Media, pero en este caso, es una buena mutilación para el entretenimiento de la familia.
Ahora imagínense que una multitud de gente hubiera salido a las calles a protestar en contra de tal brutal costumbre. Por un lado saldrían, los férreos tradicionalistas defendiendo la cultura belga. Pero por otro lado, los opositores se harían más fuertes y terminarían prohibiendo tal brutal tradición mediante un referendum.
Final feliz… ¿Verdad?
Bueno no para los miles de congoleses viviendo bajo la autoridad belga.
Son por esas razones, que en general a mi, la tauromaquia o los debates al respecto me importan un bledo. Un comino. Un reverendo carajo.
No porque no esté en contra, sino precisamente porque es algo superficial. Es la nata de mil kilolitros de leche agria. Ni siquiera es una raya del tigre, apenas es un pelo.
Antes de salir a la calle o compartir imágenes en facebook. Presten atención primero a lo que flota debajo de la superficie. Presten total atención.
Radwulf
29.02.2020
Fuentes:
– https://www.abc.es/cultura/toros/abci-si-prohibieran-toros-habria-prohibir-langosta-y-pate-201005130300-140157233869_noticia.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com%2F
Es verdad muchos estamos en contra del maltrato animal en la forma que fuere; pero seguimos comiendo su carne, nos beneficiamos de su piel, huevos. Etc. «Su vida». Nuestra boca dice dice pero nuestros actos desdicen. Para ser coherentes, cambiemos nuestra alimentación. Etc.