«Epic Movie» es como tomar una lata de cerveza barata con sabor a orín que uno consigue en un lugar de mala muerte a falta de dinero; «¿Qué pasó ayer?» es como una Corona, no estás seguro si es realmente buena pero te satisface y aunque queramos negar nuestra poca cultura etílica, está rica; «La Naranja Mecánica» pertenece a OTRA liga, pues es un Screwdriver hecho con el vodka ruso más fuerte del mercado, además de ser etiquetado en Nadsat; y si por último, hablamos de «LOVE» de Gaspar Noé nos estamos metiendo con un rompe calzón infusionado con varias pastillas de éxtasis y servido en el bar más in de la ciudad.
¿Qué se puede decir de «El Anticristo» del aclamado director danés Lars Von Trier?
Lars Von Trier no es ningún pretencioso de Cannes que te muestra planos estáticos para ondear su soporífera bandera anti-mainstream. De hecho, el comenzó su meteórica carrera al salirse de los estándares del «buen gusto» con la hilarante y dinámica película «Idiotas» y fue el fundador del movimiento Dogma 95 junto a Thomas Vinterberg.
El Anticristo, en principio, se adhiere a la tradición clásica de narrar una historia, pero al mismo tiempo es revolucionario en su forma de contarla y así mismo sumergir al espectador íntimamente en la carne y alma de sus personajes.
La historia trata de una pareja de esposos (Willem Dafoe y Charlotte Gainsbourg), que son azotados por una terrible tragedia cuando su bebé de un año se cae de casualidad mientras ambos están haciendo el amor.
La mujer entra en una pena tan terrible que es internada en el hospital y puesta bajo medicación. Su esposo que es psicólogo, la convence de volver a casa y dejar que él la cure por medio de sus terapias.
Ella accede y ambos deciden retirarse por una larga temporada a una cabaña en medio del bosque. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos del esposo, la salud mental de su mujer se deteriora rápidamente. Para colmo de males, el esposo se entera que incluso antes de la muerte de su hijo, ella tenía un horripilante lado oscuro que siempre la acechó y que ahora solo puede liberarse después de la pérdida de su hijo.
Al igual que Van Gogh daba una textura táctil para los ojos, Lars Von Trier logra lo mismo con «El Anticristo». Él nos logra narrar con tal cercanía a nuestra piel: el sufrimiento físico y mental de la esposa y nos muestra de manera visceral las consecuencias de su caída en el infierno.
Lars Von Trier ofrece sensaciones que normalmente no se encuentran en el menú otras películas.
Al inicio de la película uno es presa de la desesperación cuando la tragedia se acerca. Después una vez sucedida, uno no puede evitar sentir la más sentida compasión por el profundo dolor de una madre que ha perdido a su único hijo.
Pero de inmediato, como un pasajero en una montaña rusa, uno es llevado en un viaje del duelo, a la pena y por último a la desesperación más violenta del alma humana.
Con esta película sentí como si el director fuera un pianista que de manera maestra tocara las notas de mi ánimo a cada paso de las escenas.
Son pocas veces que he visto películas así. Recomiendo esta obra maestra a cualquier persona que quiera experimentar algo totalmente distinto en cine.
Esta película es el equivalente a la combinación de la cruda frialdad de tres cubos de hielo, dos partes quemantes de vodka, dos partes de un oscuro café puro, y finalmente un pequeño pero potente alucinógeno que solo pudo haber sido fabricado en el laboratorio de la mente más jodida y retorcida de este mundo.
Tienen que verla, esta es una película desgarradora.
Radwulf
04/11/2018