Un día como hoy, cayó el último bastión de un imperio de casi 2000 años de vida. Un imperio que nació 27 años antes del nacimiento de Cristo y que perduró hasta finales de la Edad Media. Un día como hoy, cayó el Imperio Romano.
Su último emperador fue Constantino XI.
Normalmente cuando escuchamos la palabra imperio, nos imaginamos países con vastas extensiones a lo largo de varios territorios.
Y así fue alguna vez el Imperio Romano, que se extendía desde las islas británicas hasta el desierto de Egipto.
Sin embargo para el año 1453, el Imperio no era nada más que la diminuta sombra de lo que alguna vez fue.
Para colmo hasta el día de hoy se conoce como «Imperio Bizantino» al Imperio Romano de Oriente. Ningún ciudadano se consideraba a sí mismo «Bizantino» sino «Romano». Es más, antes de la guerra de Independencia de Grecia, los griegos se consideraban a sí mismos «romanos».
La nueva Roma de la Edad Media fue Constantinopla (hoy en día Estambul) que durante su apogeo albergó casi un millón de habitantes, en una época en que ciudades como Londres y Paris albergaban menos de la décima parte.
Esta gran ciudad fue la puerta entre Asia y Europa, y al ser un punto de conexión entre estos dos mundos se enriqueció inmensamente con los impuestos que cobraba.
Constantinopla se consideró desde muchos siglos una ciudad inexpugnable. Las murallas del emperador Teodosio, protegieron a sus ciudadanos de ávaros, búlgaros, árabes, etc.
No fue sino por el gran ejército de Mehmet II que la gran ciudad cayó. Después de un asedio de casi dos meses, los romanos cometieron la imprudencia de dejar una de las puertas de la muralla semi-abierta.
Los Jenísaros, un grupo de soldados de élite turcos, irrumpieron a través de la puerta y causaron caos.
Todos los soldados romanos huyeron a sus casas a proteger a sus familias mientras que hordas de turcos entraban aniquilando todas las defensas.
Los que pudieron huyeron en los barcos venecianos aliados mientras que los desafortunados fueron capturados y vendidos como esclavos.
Dicen que el emperador Constantino XI, en un heroico acto suicida, se lanzó junto con sus hombres contra los turcos.
Tiempo después identificarían su cadáver por su calzado dorado con las águilas imperiales grabadas en ellos.
Así se cerraría para siempre un largo periodo que inició con la caída de Roma en el 476 hasta finalizar con este importante hecho histórico.
Por ello en remembranza a ello, hoy prendo una vela a memoria de los que alguna vez lucharon valientemente en Constantinopla.
Escrito por Raúl A. «Radwulf» Valero Chávez
29/05/2019