Corre, si puedes – Crítica

«Corre, si puedes» es la segunda película de Dietrich Brüggemann del año 2010.

La historia trata del triangulo amoroso entre tres jóvenes: Ben, un paralítico con una visión cínica de la vida; Annika, una violonchelista con miedo escénico; y Christian, un mujeriego asistente social.

Ben, que ha quedado en silla de ruedas luego de un accidente varios años atrás, pasa sus días intentando entregar su tesis a tiempo, divirtiéndose mientras le hace la vida difícil a los asistentes sociales que el estado le envía, y espiando desde su balcón a una guapa violonchelista que siempre pasa cerca de su edificio.

La película comienza cuando  Christian, su nuevo asistente social, de pura casualidad conoce a Annika, la violonchelista, y se siente atraído por ella.

Esto pondrá en conflicto a Ben contra Christian por ver quien gana el corazón de Annika.

Más allá del típico argumento Hollywoodense del débil que gana al fuerte y se lleva a la chica en el final feliz, «Corre, si puedes» toca los temas del suicidio y la búsqueda de un motivo más para vivir. Es una película enérgica e íntima.

Por otro lado el «débil» de la película no es el estereotipo del «chico bueno»; de hecho, Robert Gwisdek hizo el rol excepcional de un paralítico cínico con una lengua muy afilada.

El personaje de Christian (interpretado por Jakob Matschenz) no es el «chico malo», sino un encantador  y gracioso asistente social que logra desarrollar una relación muy cercana con Ben.

Annika (interpretada por Anna Brüggemann, la hermana del director) por otro lado, tiene un rol vital como catalizador del cambio en Ben y además ella recibe una buena revelación en la historia.

Recomiendo ver esta película. Es definitivamente una de las joyas del cine alemán de los años 2010. Además de haber alcanzado un estatus de clásico al haber abierto la Berlinale hace ocho años. Esta es definitivamente una «feel good movie» realmente auténtica, fresca, y muy graciosa.

Escrito por Radwulf

14/06/2018

 

 

 

Autor: Radwulf93

My name is Raúl Valero and I was born just next to the great Titicaca lake in the peruvian side of the border. Since I was fifteen years old I have shown interest for movies and in my early twenties for languages in general. I'm deeply in love with cinema and european languages alike. "Kinolingua" stands for "Kino", that is "cinema" or "movement"; and "lingua", for "tongue" and "language". I was thinking about writing a long biography, but I guess it would be just an egocentric literary jerk-off. If you have any questions about me, feel free to write me an e-mail to "[email protected]" . I hope you enjoy my blog. Sincerely, R.